Las parrandas de hoy serán en casa; nos toca a los
claretianos recibir en la casa del barrio Julián Blanco de Petare, al grupo de
personas que animosos se reúnen noche a noche para cantar aguinaldos y celebrar
que ya viene el niño; la noche promete traernos una parranda de las buenas pues
cada día es mayor la cantidad de personas que se congrega con este fin.
Desde ayer ya se dejaba ver a un grupo de personas,
catequistas, niños y otros, trabajando y preparando el salón grande de la casa
para dejar todo listo y poder así recibir lo mejor posible a los peregrinos de
esta noche…
Hemos sido testigos de cómo un grupo de niñas lleva días
preparando en casa danzas para este momento, por lo cual llegado el día, se
nota la emoción de los muchachos porque “hoy nos toca a nosotros”…
El personaje de hoy, José, viene a recibir al niño y desde
aquí nos invita a disfrutar la parranda. Bastante animados por el buen número
que desde el principio se ha congregado frente al colegio, salimos
emparrandados hacia Julián Blanco. El ánimo de hoy es especial, es distinto, se
siente a un grupo mucho más animado que en noches anteriores; niños y niñas que
corean más fuerte las canciones, menos dispersos, adultos que irradian una alegría y entusiasmo
especialísimos, gente que con ganas canta las distintas canciones que tenemos
en el cancionero de las parrandas y no conformes piden otras. El camino de hoy
es en subida a diferencia de las noches anteriores, esto rápidamente se hace
sentir, sin embargo no quieren dejarnos descansar, quieren más música, otras
canciones…
Llegamos a Julián Blanco y seguimos el camino niño en brazos
hasta “La Redoma”, se nota a las personas en la calle bien receptivas con la
parranda, cantan con nosotros, repiten con fuerza los estribillos, se unen al
grupo, bailan y disfrutan de esta bonita experiencia.
Llegamos a la casa y entre el gentío logramos organizarnos
dentro del salón; una señora de la comunidad nos da a todos la Bienvenida y
José hace su mejor presentación, encomienda este dia de parrandas y a todos los
presentes a Dios Padre. De repente irrumpe en el lugar un grupo de niñas,
creativamente vestidas con trajes navideños, bien coloridos, hechos de papel
crepe, y con el beneplácito de la concurrencia inician una serie de bailes que
a todos ha gustado.
Seguimos en oración, cantamos los gozos al niño y entre
tanto una que otra gaita o parranda coreamos, bailan y cantan los niños, bailan
también las madres, y así compartiendo una rica torta y jugos damos por
terminada esta animadísima parranda; hoy el niño duerme en casa, ya mañana nos
encargaremos de que siga paseando por entre calles y “escaleras de Petare… por
donde tropieza Dios”
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