viernes, 12 de diciembre de 2014

PARRANDA 2014 DÍA III

Con ánimos un poco bajos comenzó el parrandón el día de hoy. El reloj ya marcaba las seis y no se veía tanta gente como en las noches anteriores. De igual manera, habiendo llegado el niño traído por la comunidad anfitriona de la noche anterior y estando ya quien lo recibiera por la comunidad encargada de esta noche, salimos  a nuestro destino: el barrio “El Manguito” o la cresta como suele llamársele; allí la comunidad Cristiana Nuestra Señora de  Chiquinquirá espera a las comunidades que en torno a la imagen del niño le visitan.
Mientras bajamos por barrio bolívar, pasando entre la gente expectante, nos damos cuenta de que la experiencia es la misma de cada noche. Mientras se cantan aguinaldos el barrio torna su mirada por un instante al tumulto que se pasea por las calles, y es que no ha debido pasar mucho tiempo de iniciada la caminata cuando volteamos la mirada y vemos que ha aumentado considerablemente la cantidad de personas en la parranda, personas que inevitablemente detienen el tráfico, que sin importar mucho, cantan, se alegran, saludan, conversan y pare de contar.

Llegando al manguito, llama la atención el gran número de personas reunidas en la cancha, “paseamos al niño” por el callejón para luego hacer la entrada en la cancha del barrio, allí la comunidad Cristiana y muchas personas más esperan el parrandón, reciben la imagen del niño Jesús y una serie de niñitos representan un particular pesebre, donde los reyes obsequian a la familia de Nazaret productos de la cesta básica como leche, harina de maíz y azúcar, productos de difícil acceso en la actualidad venezolana.

María ha sido el centro esta noche; es ella el personaje que hoy la comunidad nos presenta, la mujer que ha aceptado en su vida la voluntad de Dios, que ha abierto su corazón a la Palabra aun cuando ha experimentado las dificultades, la incertidumbre, la habladuría, la confusión… ella simplemente ha confiado.


Se ha iniciado el compartir, bollos, ensaladas, tortas, refrescos, para todos ha habido un poco aunque haya sido incontable la cantidad de niños y también de adultos que se ha plantado en la cancha y sus alrededores esta noche. Despedimos la noche sabiendo que mañana será otra oportunidad de vivir la fraternidad, el compartir y la alegría característica de estos días decembrinos.















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