¿Por qué Dios quiere un pueblo justo y solidario?
¿Qué son los derechos humanos?
¿Para qué sirven? Son interrogantes que seguramente surgieron en las mentes de
las personas que asistieron a la reunión de comunidades cristianas que tuvimos
el pasado domingo 21 de febrero en la sede de la comunidad de Nuestra Señora de
Chiquinquirá, Petare. Sin embargo, no fue el momento para entrar de lleno en la
tarea de dar respuesta a estas preguntas, ya que lo primero fue plantearnos la
cuestión de: ¿Por qué Dios quiere un pueblo justo y solidario? Y para ayudarnos
a responder esta inquietud, José Yerlin nos introdujo en la experiencia del
pueblo de Israel, el pueblo elegido de Dios, un pueblo que paso a paso va
descubriendo el llamado que Dios le hace para convertirse en un pueblo
igualitario, justo, solidario y libre.
“No aceptaras el soborno, porque el soborno ciega
al que ve con claridad y falsea al inocente. Ex. 23,9.
al que ve con claridad y falsea al inocente. Ex. 23,9.
Los profetas son los principales personajes
de la Antigua Alianza que alzan la voz en nombre de Dios para denunciar las
injusticias cometidas en contra del pueblo elegido, pero también hacen
evidentes las injusticias cometidas por el mismo pueblo elegido de Dios. Ellos,
los profetas, son la voz que no deja de recordar al pueblo de Israel y a aquellos
que quieren esclavizarlo, que el hombre y la mujer están hechos a “imagen y
semejanza de Dios” Gn. 1.26. Esta es la clave para comprender el ideal de
igualdad, justicia, solidaridad y libertad que expresan proyectos como el famoso
año jubilar.
“Santificarán el año cincuenta y promulgarán la liberación en el país
para todos sus moradores. Celebrarán jubileo, cada uno recobrará su propiedad y
retornará a su familia” Lv. 25,10.
El deseo que manifiesta Dios a su
pueblo elegido de que éste se constituya como un pueblo justo, solidario,
igualitario y libre, es el mismo objetivo que persiguen los derechos humanos
(DDHH) promulgados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH). Pero
para hacer realidad este objetivo, primero hay que saber que son y cuáles son
los DDHH, y para lograr esto hay que educarnos con perspectiva de DDHH, por
eso, la propuesta para las comunidades cristianas y para todos los que deseamos
conocer más de cerca los DDHH, es la Educción en Derechos Humanos, en primer
lugar porque la educación es un derecho, como lo mencionó Ángel en la segunda
parte del tema que comenzó exponiendo Yerlin, haciendo referencia al artículo No.26
de la DUDH.
La Educación en Derechos Humanos
es un trabajo exigente, de allí que, por lo pronto, lo principal sea irnos familiarizando
con el lenguaje propio de este universo, por eso, la tarea para las comunidades
cristianas, y para todos los que deseamos formarnos con perspectiva de DDHH, es
familiarizarnos con palabras clave como por ejemplo: exigibilidad, sujeto de
derecho, exclusión, dignidad, etc.
Esta ha sido apenas la segunda
sesión de acercamiento al tema de los DDHH iluminados desde la Palabra de Dios.
Y lo que queda por decir es que, la Educación en Derechos Humanos es una
herramienta que nos permite conocer nuestros derechos, no por erudición, sino
para promoverlos, defenderlos, y lo más importante, exigirlos.
Comunidad del Teologado Emaús.
No hay comentarios:
Publicar un comentario