Al
preguntarse cómo es que los pobres
sobreviven a las condiciones a las que son sometidos; en el caso de Venezuela a
la escasez de productos y en otras partes del mundo, a la faltad de
oportunidades…. La repuesta a esta interpelación, es la solidaridad, que en
medio de la carencia se suscita entre quienes viven en este estado de pobreza.
La manifestación del Espíritu Santo en nuestros días no se circunscribe al cultivo de una espiritualidad mística, a un enamoramiento de la persona de Cristo donde no se ama a nadie más que al ego, sino a una espiritualidad que teje lazos de solidaridad en favor de la vida que está frágil, con el planeta, quien nos protege en su seno del mundo interior, en el que la vida es imposible.
Desde
esta perspectiva, se llevó a cabo este domingo en la reunión mensual con las
comunidades de base de Petare, el acercamiento a los Derechos Humanos desde el
mensaje bíblico, abordando en la temática: “el Dios a favor de los Pobres del
Pueblo”. Quien deja al descubierto la causa de la pobreza en boca del profeta
Amos, y quien llama constantemente, a la justicia, que en el instinto
acaparador del ser humano, es una invitación a volvernos solidarios con el otro.
De donde emana la fuerza, con la que los pobres, los marginados y excluidos han
conquistado medidas o leyes con la que salvaguardan la integridad del ser
humano y de la naturaleza.
Teologado Emaús
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