“Den Gracias al Señor es sublime, se
fija en el humilde,
Y de lejos conoce al soberbio” (sal
137-6.)
¿Cómo no agradecer
a Dios en todo momento? Quiero comenzar este escrito con este salmo, porque realmente
el Señor hace cosas que no imaginamos. En este año académico, y como parte de
la experiencia de misión que se planteó como casa de formación en este tiempo,
fui destinado junto con otros dos compañeros a la misión del “Triunfo” Sierra
Imataca municipio de Casacoima-Delta Amacuro.
Al llegar a esta experiencia misionera y en reunión con los hermanos responsables de la misma, se me propuso participar como acompañante del grupo de jóvenes de las comunidades de Sierra Imataca y Piacoa que participarían en la experiencia nacional “ENAJÓ” 2018 que se realizó en la ciudad de Puerto La Cruz, Estado Anzoátegui.
Realmente no me lo esperaba, no estaba preparado, no había
hecho ninguna de las catequesis previas a dicho encuentro, pero igual que nuestro fundador fui enviado y confié en
que era el Señor quién soplaba de su Espíritu para esa misión… no voy a negar
que fui con miedos, con ciertas dudas e incomodidades, pero confiado en Dios,
me sentí muy bendecido y acariciado por Dios al volver a repetir experiencias
que tuve antes, participé de dicha experiencia como parte del grupo peregrino
del “Vicariato
Apostólico de Tucupita”, este grupo se dividió para prestar el servicio
de misión previa al encuentro. Junto con
otros jóvenes de distintos lugares de Venezuela visitamos y misionamos en la ciudad de “Píritu
- Pto. Píritu” donde realizamos visitas a las cárceles, hospitales,
personas en estado de indigencia entre otros, lo que renovó mi encuentro con
Jesús y con los hermanos.
Terminada esa experiencia de Misión y de Servicio,
fuimos a otra ciudad llamada Barcelona la
cual nos recibió en la Parroquia “Ntra. Sra. De Lourdes” muy cerca
del lugar de la actividad central de clausura del encuentro… No participaba en
este encuentro desde el año 2012 en Valencia y no puedo dejar de decir como la
frase propuesta “Anunciemos con María las Maravillas del Señor...” Yo
particularmente puedo decir que este Enajó fue una jornada de la providencia
porque a pesar de todos los problemas y dificultades que como país padecemos el
Señor nos dio la oportunidad de encontrarnos, de testimoniarle ante el país
entero y de acrecentar nuestra Fe y Esperanza en Él. Hubo una participación de
12.049 jóvenes de todo el país, la
cercanía de nuestros pastores de la iglesia Venezolana y del Papa Francisco en
su carta hacia la juventud de esta nación también hizo crecer nuestro ánimo, la
alegría de todos los chamos, su fe manifiesta, sus ganas de servir, de orar, de
escuchar a Dios que nos habla siempre, la acogida de nuestras familias
sustitutas por esos días de misión, por nuestros hermanos de las diferentes
diócesis y parroquias, sólo nos confirmaba la presencia, compañía y acción a
nuestro favor por parte de nuestro Dios…
Solo me resta decir como el salmista:
Gracias Señor y pedirle que no se nos apague el fuego para seguir Anunciando
con María las Maravillas del Señor…
NOTA: Como claretiano, como juventud
claretiana presente en la misión y en la jornada Nuestro Padre Claret también
nos mostró su compañía e intercesión por nosotros al ver una imagen de él en
una capillita, casi escondido pero que salía a nuestro encuentro…
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