2. OYENTES Y SERVIDORES DE LA PALABRA DE DIOS
Monición inicial:
“Nuestra herencia carismática nos
define como “oyentes y servidores de la Palabra”. Somos en la iglesia y en la sociedad la
resonancia de Claret, apasionado ministro del Evangelio a tiempo y a destiempo
a través de todos los medios de los que disponía. Como Hijos de su Corazón, queremos, como
María, acoger la Palabra, meditarla en nuestro corazón y proclamarla con pasión”
(MS 42). Que como oyentes y servidores de la Palabra,
que es nuestra identidad, nos abramos a su escucha atenta y podamos ponerla en
práctica en nuestra vida de familia misionera.
Canto: opcional
Lectura Bíblica: Lc 8,
21
“Mi madre y mis
hermanos son los que escuchan la Palabra
de Dios y la cumplen”
Lectura Claretiana
“La Palabra divina sacó de la
nada todas las cosas. La palabra divina
de Jesucristo restauró todas las cosas. Jesucristo dijo a los Apóstoles: Id por
todo el mundo; predicad el Evangelio a todas las criaturas. San Pablo dijo a su
discípulo Timoteo: Predica la Palabra.
La sociedad no perece por otra cosa sino porque ha retirado a la Iglesia
su palabra, que es palabra de vida, palabra de Dios. Las sociedades están
desfallecidas y hambrientas desde que no reciben el pan cotidiano de la palabra
de Dios” (Aut. 450)
Para la reflexión
personal y comunitaria
-
¿Cómo vives hoy la centralidad de la Palabra de Dios en
el Espíritu de nuestro don carismático?
Intención: Te invitamos que
durante el día de hoy pienses en la situación de alguien y le compartas un
pasaje bíblico que ilumine su realidad.
Preces
Elevemos a Dios nuestras suplicas sabiendo que su Palabra es antorcha para
nuestros pasos y luz para nuestro caminar. Digamos todos: R/ Que tu Santo Espíritu nos haga oyentes y servidores de la Palabra.
-
Ayúdanos, Señor, a guardar tu Palabra en el corazón para
que por la fuerza del Espíritu nos mantengamos unidos y fieles en el amor. R/ Que tu Santo Espíritu nos haga oyentes y
servidores de la Palabra.
-
Haz, Señor, que seamos bondadosos y comprensivos con
todas tus creaturas y danos, Señor, un
corazón abierto a las necesidades de nuestros hermanos. R/ Que tu Santo Espíritu nos haga oyentes y servidores de la Palabra.
-
Acuérdate de esta familia claretiana aquí reunida en la
escucha atenta de tu Palabra, que esta Palabra arda en nuestros corazones y nos
ayude a permanecer en tu verdad y en tu amor como discípulos de Jesucristo en
comunidad. R/ Que tu Santo Espíritu nos haga oyentes y servidores de la Palabra.
Oración Final
Que como Claret nuestro amor a la Palabra, que es Jesús, sea signo de
nuestra escucha atenta de la voz de Dios en nuestra vida:
Ilumina, Señor, nuestros
corazones con la fuerza edificante de tu Palabra que crea y recrea, y ayúdanos
con la fuerza de tu Espíritu a descubrir tu verdad. Afianza en nosotros nuestras voluntades para
que sigamos respondiendo fieles a tu llamada de amor. Por Jesucristo nuestro
señor. Amén.
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