“Los claretianos nos
han enseñado que la tarea no es de ellos, que la gente en la comunidad es la
protagonista en la evangelización, que desde el trabajo en unidad, es que
podemos ayudar verdaderamente al barrio. En la comunidad de base hemos
aprendido que debemos ser solidarios, fraternos, tratarnos bien, no decir
mentiras y crear buenas relaciones con los demás”.
Así se expresó durante
nuestro tercer parrandón la señora Yamile, a nombre de la comunidad Pueblo de
Dios, mejor conocida como Vista Hermosa Parte Alta, a la que acompañan
pastoralmente nuestros hermanos José Pinto y Aníbal.
Esta comunidad se
reúne como el resto de las comunidades cristianas, los días jueves más o menos a
la hora que la tarde comienza a caer, se reúnen para compartir las experiencias
de la vida, pero iluminadas desde la Palabra de Dios. No les ha sido fácil mantenerse
en el camino, pues se han visto afectados por la inconstancia y la falta de
compromiso que ha mermado el número de sus integrantes.
Pero a pesar de esto,
siguen caminando juntos, dando muestra de lo que han aprendido como comunidad.
Por eso, la fraternidad y la alegría es lo que durante esta parranda navideña,
han puesto en práctica ya desde antes que comenzara la caminata en nuestro
acostumbrado punto de referencia, el colegio Kennedy, y es que a pesar del
clima lluvioso, un par de muchachas de la comunidad animaron el parrandón con
un baile regional, después comenzó la marcha. La lluvia acompañó al niño Dios todo
el tiempo, pero la música y el canto también.
Llegamos a una cancha
deportiva en un sector del barrio conocido como El Plan, aquí formamos un círculo
en torno a nuestras jóvenes bailarinas que esta vez danzaron al ritmo del éxito
de la salsa “Rebelión”, canción que narra escenas de injusticia provocadas por la
esclavitud a la que fue sometido el pueblo negro de Cartagena, Colombia,
durante el siglo XVII. Pero esta vez no bailaron solas, al poco rato nuestro
hermano Aníbal se les unió con el ritmo que lleva en la sangre y que contagió
al público presente. Este momento no es casual, es una invitación para
reflexionar en los procesos de liberación, como el del pueblo
afro-latinoamericano. Cada comunidad cristiana está llamada a vivir su propio proceso
de liberación, partiendo de su realidad concreta y desde la Palabra de Dios.
Para finalizar este
parrandón, nos dirigimos a la capilla de la comunidad Pueblo de Dios, en donde
seguimos compartiendo la música y la comida que es costumbre en estas fiestas
del barrio. Y ya con la noche encima, nos despedimos en medio de abrazos que
expresaban nuestro agradecimiento por el compartir, y quedamos todos invitados
para la parranda del día de mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario