miércoles, 18 de diciembre de 2013

CAPILLA Y CASA DE LA COMUNIDAD LUGAR DE ORACIÓN Y REFLEXIÓN

Como de costumbre, nos reunimos en el colegio Kennedy para iniciar nuestro caminar hacia la comunidad que nos había de recibir. Allí se dio apertura a este día de parrandón con la animación por parte del padre Álvaro y de Yamilé, quien es la encargada de animar la vida de la capilla San Judas Tadeo, lugar al que corresponde este séptimo día. Luego de la oración inicial, nos dirigimos entre cantos hacia la capilla dirigidos por el grupo que ha venido amenizando estos parrandones de navidad. Ya hoy se ve la disminución del personal en la parranda, debido a ser estas tierras lugar de acogida para muchos extranjeros que para esta época, salen a sus lugares de orígenes, sobre todo Colombia, como también la ausencia de algunos claretianos que por diversos motivos, familiares y pastorales, hoy no están entre nosotros…




Al llegar a la comunidad se nos recibe con pólvora, de manera que el cielo se ilumina para recibir la llegada del niño a este sector. Con el canto La Capilla está abierta, llegamos al lugar, dándonos a entender que la capilla a pesar de algunos inconvenientes sigue abierta para la comunidad y cada uno de nosotros. Nos anima de nuevo Yamilé, diciéndonos que es esta capilla un lugar pequeño en estructura pero grande en amor para todos y desde esta intención se realiza la oración del día hoy, esperando ante mucha desesperanza, como lo manifiesta la oración dirigida a María.


Luego se realiza la oración de San José, la cual nos invitó al silencio, el mismo nos anima a escuchar lo preparado por la comunidad desde esta actitud. Siendo así, se continúa con presentar de manera muy dinámica este día, en donde se nos alienta a seguir manteniendo las capillas y/o casas de la comunidad como ese lugar de oración y reflexión, por tanto se llamó a los representantes de las diferentes comunidades a tomar un papel en donde se encontraba su nombre y tomando una vela y encendiéndola se elevaba una plegaria hacia esta comunidad. Se invita a seguir orando y reflexionando dentro de las comunidades como forma de mantener la vida de la comunidad, pero sobre todo salir al encuentro del hermano, “una fe sin obre es una fe muerta”…




Para culminar este día de parrandón, se pasa al compartir, en donde desde la generosidad de la comunidad se le brinda, según las capacidades del lugar, un agasajo a los visitantes, y mientras los visitantes comparten y se deleitan con la comida ofrecida, también a la vez bailan al son del grupo “los independientes” (como cariñosamente desde el año pasado se les ha llamado). Entre saludos de despedidas, abrazos y besos, nos despedimos sabiendo que se nos aproxima el culmen de los parrandones, que son un lugar de encuentro en donde de verdad oramos y reflexionamos.




Juan Carlos García CMF

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