Durante diez y ocho días estuve compartiendo
la experiencia como estudiante en formación en la Parroquia san Antonio Mría
Claret de Los Dos Caminos en Caraca, Venezuela. Allí compartí con los misioneros
encargados de animar y acompañar dicha parroquia y con un compañero de mi
experiencia en formación,
El vivir en comunidad y hermandad
durante estos días me ayudaron a
discernir más mi proceso vocacional y a conocer más de cerca otra realidad pastoral
que se vive en esta comunidad misionera.
Nuestro Padre Fundador
consideraba que la humildad era la virtud primera, necesaria para llegar a ser
buen misionero apostólico. El compartir con los diferentes grupos de pastoral,
el trabajo en comunidad, la oración comunitaria, me ayudan a fortalecer más mi
vida como misionero. El estar con las personas que hacen vida en la parroquia, y que dan testimonio de vida, me
ayudan a crecer como persona y como estudiante en formación y me alimentan a
seguir adelante en mi proceso formativo.
Tuve la oportunidad, de ayudar en
la olla comunitaria, y vivir la experiencia con las personas que se benefician
del alimento que les brinda la parroquia, allí pude estar con ellos y compartir
el trabajo que realizan algunas personas comprometidas de la parroquia. La
opción preferencial por los pobres y por los que sufren no es precisamente una
opción para nosotros, misioneros apostólicos; más bien, es un mandato evangélico.
Le doy gracias a Dios por darme
la oportunidad de compartir con mis hermanos claretianos que me enseñan a aprender
de ellos y estar a disposición del servicio que me encomiendan.
Después de lo vivido este corto
tiempo, tuve la oportunidad de ir a mi casa a compartir con mi familia, con mis
seres queridos, en medio de la situación país que es un poco difícil para cada
uno de los que integran mi grupo familiar, pero siempre caminando de la mano de
Dios y con mucha fe, teniendo una esperanza viva que todo se solucionara para
el bien de todas las familias venezolanas que sufren en este momento.
Pido una oración para todos y
cada uno de los misioneros Claretianos que se encuentran en los sitios de
misión, para que el Dios de la vida derrame abundantes bendiciones y los siga
impulsando en la misión que Dios les ha encomendada.
Nelson Carrero CMF.
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