Seguimos recorriendo con nuestro niño parrandero de Petare las comunidades que quieren recibirlo. Este día 12 de Diciembre la encargada de acoger al Niño y las comunidades cristianas fue la comunidad de San Judas. Allí nos dispusimos a reflexionar sobre el valor de la ACEPTACIÓN.
Dios nos creó a su
imagen y semejanza, nos creó como la obra maravillosa de su creación. Pero nuestro egoísmo nos hace que no nos
aceptemos unos a otros y tengamos mucha división entre nosotros. Por eso Dios nos regaló a su Hijo, quien se
encarnó en su pueblo y desde allí abre su corazón al mundo, para que todos
(hombres y mujeres, adultos y niños) caminemos a Él y nos aceptemos como
hermanos. Para ser Comunidad necesitamos
aceptarnos unos a otros reconociendo nuestros valores y nuestras diferencias.
Dios
nos creó buenos y dignos, y cuando el egoísmo nos desdibujaba, nos mandó a su
Hijo Jesús para mostrarnos que lo humano es hermoso. Mientras esperamos a Jesús, tenemos la
oportunidad de mirar dentro de nosotros y preguntarnos: ¿Qué tanto me acepto y
me valoro? ¿Acepto a los demás como son?
Jesús nace para recordarnos que Él se encarnó en un pueblo para
ayudarnos a crecer como familia y comunidad. Sólo así podremos reconocer en
cada hermano y hermana el rostro de Dios.
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