lunes, 14 de octubre de 2013

TENÍAN UN SOLO CORAZÓN Y UNA SOLA ALMA

Un espejo provoca el contraste entre lo que se piensa, lo que se ve y lo que es en verdad la realidad. Y las primeras comunidades cristinas de las que nos hablan los Hechos de los Apóstoles, han sido durante nuestro primer reencuentro con las Comunidades Eclesiales de Base (CEB´s), el espejo en el que nos hemos visto reflejados.
Luego de poco más de tres meses de habernos reunido por última vez con las distintas comunidades cristianas (las personas más se identifican como comunidades cristianas que como CEB´s), debido principalmente al periodo vacacional; otra vez nos encontramos con alegría para seguir compartiendo la vida desde la Palabra de Dios. Para ello, Alirio ha sido el responsable de guiar este primer reencuentro, mismo que tuvo lugar el pasado domingo 13 de octubre, poco después de las 3:00p.m. en la capilla de la comunidad Pueblo de Dios - Vista Hermosa parte alta, en Petare, comunidad liderada por la señora Paulina y acompañada por José Pinto y Aníbal.




Pero antes de continuar con la narración, un paréntesis para nombrar a las comunidades cristianas que los estudiantes claretianos tenemos el gusto de acompañar en la pastoral, sus nombres unas veces hacen referencia al santo que tienen por patrón y otras al lugar del barrio en el que se ubican:

  • Pueblo de Dios - Vista Hermosa parte alta, acompaña: José Pinto y Aníbal.
  • Virgen del Carmen - Vista Hermosa parte baja, acompaña: Vicente.
  • Julián Blanco, acompaña: José Pinto.
  • Peregrinos de María, acompaña: Sra. Rosa.
  • San Judas Tadeo, acompaña: Sra. Yamilé.
  • María Auxiliadora, acompaña: Alirio.
  • Ntra. Sra. De Chiquinquirá, acompaña: Juan Carlos.
  • Piritu, acompaña: Aníbal.
  • La Divina Misericordia - Metropolitano, acompaña: Ángel.

Continuando con el relato, después de las palabras de bienvenida de la señora Paulina, la Señora Silvia de Julián Blanco nos puso en clima de oración para dar gracias a Dios por este reencuentro. Acto seguido, Alirio nos introdujo en el tema sobre el cual debíamos reflexionar el día de hoy: Las primeras comunidades, un espejo donde se miran las CEB´s, (La vida comunitaria).

La dinámica para el abordaje del tema consistió en dividirnos en 3 grupos, cabe destacar que a este encuentro asistimos 30 personas, incluyendo la presencia del P. Alberto Cisneros y  los estudiantes: José Pinto, Aníbal, Alirio y Ángel. Una vez conformados los equipos de trabajo, lo siguiente fue dialogar al tiempo que íbamos construyendo con distintos materiales (papel periódico, papel de colores, pegamento y tijeras), lo que para nosotros sería la comunidad ideal. Tuvimos 20 minutos para ponernos de acuerdo en la manera en la que elaboraríamos nuestro ideal comunitario, pero tomando en cuenta 3 preguntas: ¿Por qué les parece que hicimos así nuestra comunidad? ¿Qué palabras usamos más al hacerla y al explicarla? y ¿Por qué creemos que esta comunidad es parecida a lo que Jesús quería para su Iglesia.


 
Los tres equipos trabajamos sobre estos puntos, y entre risas, seriedad y uno que otro grito que daba órdenes; la creatividad de cada grupo fue haciendo surgir las comunidades ideales construidas con papel, las cueles tomaron formas diversas: de casita o rancho, de cartel con imágenes y de personas tomadas de las manos. Cuando el tiempo se terminó, vino el momento para que compartiéramos las respuestas a las preguntas antes planteadas. De entre la variedad de resonancias se destacaron algunas respuestas como las siguientes:

  • Una comunidad tiene que ponerse de acuerdo en lo que quiere realizar.
  • La comunidad está formada por varias personas, no por una sola.
  • La comunidad acoge a todos y se pone de acuerdo para hacer las cosas.
  • Respeto, unión, esfuerzo, paz, superación de conflictos, compromiso, cooperación, alegría y solidaridad, son palabras que surgieron durante la construcción de la comunidad ideal.
  • Según Hch. 2,44, hay que aportar lo que cada uno tiene desde nuestros propios carismas.
  • Jesús nos enseña a ser solidarios.

El siguiente paso en nuestra reflexión, fue el iluminar lo que habíamos hecho a la luz de la Palabra de Dios, para lo cual, Alirio nos orientó en la lectura de los siguientes textos: Hch. 2, 42-47; 4, 37-37, que fueron leídos en voz alta por personas de las comunidades cristianas.


Este fue el momento de ver reflejada nuestra vida de comunidad, en la vida de las primeras comunidades cristianas. Alirio nos recordó que los textos que escuchamos son resúmenes idealizados de la comunidad de Jerusalén, y que por lo tanto, contienen los elementos esenciales del seguimiento de Jesús.

Desde luego que entre todos fuimos rescatando bastantes ideas que nos llamaron la atención de estas dos lecturas, como por ejemplo:

  •  Todos compartían lo que tenían.
  • Unidad entre los miembros de la comunidad.
  • Todos tenían un solo corazón y una sola alma.
  • Vender todo para poner el dinero en común, como lo hizo Bernabé.
  • Había amor entre ellos

Pero lo más importante, es que este momento de confrontación de nuestra realidad con la Palabra de Dios, concretamente con las citas ya mencionadas, dio pie para que el dialogo se tornara mas realista, ya que fueron surgiendo problemáticas concretas que las comunidades tienen que enfrentar y que son causadas por situaciones que están lejos del ideal de las primeras comunidades cristianas. Como por ejemplo, las actitudes de aquellas personas que se acercan a la comunidad únicamente cuando necesitan algo o se ven en dificultades, el resto del tiempo se mantienen alejadas e indiferentes a la vida de la comunidad.



Y es que con frecuencia las personas que no están comprometidas con la comunidad cristina, piensan o creen que la capilla es propiedad de la persona encargada, que en el caso del barrio, todas las personas responsables son mujeres; en base a esta idea, hay quienes exigen servicios en la capilla como si se tratase de un local que pueden rentar o alquilar cuando les plazca. Naturalmente las mujeres encargadas tratan de dar solución a cada problema que se les presenta, sin embargo, se han visto en serios aprietos por cuestiones de este tipo, lo cual, en relación a la Palabra de Dios, nos llevó a reconocer que el seguimiento de Jesús no está exento de sufrimiento.

El dialogo poco a poco fue pasando del reconocimiento de las dificultades vividas, a otro aspecto importante que las primeras comunidades cristianas nos reflejan, el compromiso. Y en este sentido, lo más inmediato fue ir organizando las actividades que próximamente se realizarán en torno a tres temas importantes: El aniversario no. 90 de la presencia de los misioneros claretianos en Venezuela, la figura de San Antonio María Claret y las parrandas navideñas. En principio hemos quedado de acuerdo en que todas las actividades se desarrollarán principalmente en torno a las fiestas o parrandones navideños. Durante estos días (del 09 al 18 de diciembre) recordaremos la presencia de los claretianos en Venezuela, concretamente en el barrio, al igual que la figura del P. Claret; todo al ritmo de la música y con el sabor de los platillos típicos de las fiestas tradicionales previas a la Navidad, como lo son las famosas hayacas.


Y a propósito de comida, Paulina, nuestra anfitriona, hubo de intervenir en la reunión para recordarnos que ya era hora de ir cerrando con la organización para pasar a comer lo que las distintas comunidades trajeron para compartir, así lo hicimos, y con gusto nos acercamos a la mesa que las mujeres dispusieron. Disfrutamos de arroz con pollo y ensalada de verduras, acompañados de jugo y refresco, y como postre, galletas y torta, porque después de todo, nosotros también compartimos la comida con alegría y con gran sencillez de corazón.

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