lunes, 26 de enero de 2015

HUELLAS DEL SOL EN MI PIEL

Desde el día veinte (20) de diciembre me hice presente en la comunidad claretiana del triunfo, conformada por los padres, JOSÉ EUGENIO NÓBREGA y JOSÉ ANTONIO SANTANA, para colaborar un poco en las actividades de fin de año; por iniciativa propia pedí compartir esta experiencia de navidad con la comunidad de Piacoa, esta solicitud fue escuchada y posteriormente aceptada. Ahora bien, gracia a que en Piacoa hay una comunidad cristiana más o menos organizada las actividades que se fueron programando se realizaron conforme lo planeado, se tuvieron algunas celebraciones de aguinaldo a las cinco de la mañana, estas cargadas de mucho simbolismo y con intenciones concretas: por los conductores del pueblo y entre estos los que navegan por el rio Orinoco, por los productores, por los agricultores, por los pescadores, por los comerciantes y por toda la comunidad.





La celebración del día veinticuatro (24) fue algo bastante concurrida, es tan así que contamos con la presencia de un señor del pueblo de la familia Marcano que se vistió de santa Claus,  con una tula llena de regalos para niños y niñas; al terminar la celebración se puso en la puerta del templo a repartir los juguetes.




La celebración del 31 fue todo un éxito, esta giró en torno al nuevo tiempo que nos brida Dios por el renacimiento de su hijo y la invitación a que seamos luz en medio de tanta oscuridad y portadores de esperanza.



En mi estadía por la comunidad de Piacoa, fui testigo del paso de muchas personas que se dirigían al rio a llevar un mensaje de paz y alegría, entre esas se encuentran unos amigos del Padre Santana que años atrás se han hecho presente en la comunidad de los Remolinos con juguetes. Estos actos se convierten en signos de vida, en una sociedad que cada día se hunde en su egoísmo, donde no hay un interés por el otro; estos pequeños gesto son de mucha alegría para muchas familias que por la época de Navidad no tienen como comprar un regalo para sus hijos. Estas personas en compañía de los Misioneros Claretianos hacen posible el sueño de muchos hogares: sentirse visitados por unos reyes magos cargados de regalos.




Así mismo, un grupo de de jóvenes de la Parroquia Claret de San felix se hicieron presentes en la comunidad de Los Tres Caños; llevando juguetes, ropa, juegos y dinámicas. En el recorrido por las comunidades del rio, realizamos varias celebración de La Palabra, pero la más sobresaliente fue la que se hiso en la comunidad del Consejo; allí se habló de la sagrada familia de Nazaret y cómo ésta nos invita a la unidad y la importancia de sabernos hijos en el primogénito de Dios. Al finalizar la celebración se repartieron algunos juguetes y se rompió una piñata, esta actividad fue todo un éxito.




Mi paso por el rio estuvo lleno de aventuras y rectos. A falta de un motorista experimentado, con pleno conocimiento del rio que nos trasladara a nuestros sitios de destinos; me tocó asumir la conducción de la curiara para poder llevar a cabo nuestra ruta ya trazada. Esto no era nada nuevo para mí, porque de chico lo aprendí en mi querido Chocó (Colombia) por la insistencia de mi adorado Padre Jesús Aníbal, que me decía: “hay que saber un poco de todo, porque el que nada sabe, nada vale”, por eso no solo aprendía a conducir un motor fuera borda, sino que también entiendo un poco de mecánica. Cuando supe que teníamos problema con el motorista, me di a la tarea de revisar los motores y cambiarles el aceite de transmisión que ya estaba vencido y de paso una limpieza general porque estaban perdidos en la mugre. El día veintisiete (27) salimos del puerto con los dos motores funcionando pero por el camino uno de ellos no quiso seguir funcionando a lo que dije rápidamente: “que era problema del paso de la gasolina a los pistones por eso sonaba un poco ahogado”. El recorrido lo continuamos con uno, al llegar a la comunidad de los Remolinos, mientras que el resto del personal repartían los regalos yo por mi parte me dedique a reparar el motor que estaba fallando, el problema era que se le había caída la aguja del carburador y esto impedía que la gasolina pasara con libertad, una vez resuelto el problema el regresos a Piacoa fue mucho más rápido. Los recorridos a las otras comunidades se realizaron en completa normalidad.



Por otro lado, las comunidades se ponen muy contentas por las visitas que se les hace en estas fechas especiales y agradecen el gesto de solidaridad que se tiene para con ellas, pero al mismo tiempo expresan su tristeza por la falta de acompañamiento por parte de las autoridades eclesiales, se sienten solos y abandonados; piden se les visite no solo en Semana Santa, mitad de año y Navidad, sino en el intermedio de estas fechas y que se les tenga presente en la celebración de los sacramentos que para ellos son muy importante por lo que estos se convierten en vitamina para fortalecer sus almas. Una señora me dijo con la voz un poco quebrada: “Aníbal, nos sentimos solos, tanto por el Estado como por ustedes los misioneros, no queremos seguir siendo plato de segunda mesa; yo quiero hacer la primera comunión y unirme a Cristo y más cuando ustedes dicen que si comulgamos nuestras penas y dolores se hacen más llevaderos; por favor no nos abandonen” y simplemente le dije: “haré lo posible para que se les visite más, por el momento, animo y no dejen de pedirle a Dios por el aumento de personas dispuestos a colaborar en la obra de Dios”.


Queremos seguir colaborando y haciéndonos presente en las comunidades marginadas y abandonadas… pero no queremos ser paternalistas, queremos ayudarles a que sean autónomos y luchen por su autonomía, queremos que sean inconformes con la realidad que enfrenta para que la puedan cambiarla… tú puedes ayudar para que estos sea una realidad, ayúdanos a ayudar…

ANÍBAL







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