La
necesidad de hablarte me lleva a escribirte,
te
escribo porque no puedo hablarte,
no
puedo hablarte porque de mí estas lejos.
Y
estas lejos
no
por la frialdad de tu vida,
pues
ella fue de todo menos fría,
ni
indiferente o insensible.
Sino
por lo racional que es mí vida
Te
escribo y con ello siento que tú me escuchas
e
impregnado descubro que también Yo me escucho.
La
esposa de Cristo
es
en el fondo lo que nos une
o
más que unirnos nos descubre, nos encuentra.
Es
la familia, la comunidad cristiana,
la
que hace que tú y yo charlemos
sólo
ella que esta plagada del Espíritu libertario del Resucitado
y
mas que ella es él, que sopla donde quiere y como quiere
el
que permite que tú y yo charlemos.
Amaste
apasionadamente a la Iglesia
y
apasionadamente te hiciste cargo de ella,
no
por querer suplantar la fuerza del Espíritu
que
fundamentalmente es su poseedor,
sino
para convertirte en su sirviente
en
su humilde trabajador.
Fiel
mensajero de la Palabra
sólo
eso pretendiste
y
por ello
por
ser fiel
es
que llegaste a vivir completamente para ella,
los
que de ti escriben así lo dicen
al
dejar escapar su admiración
por
tus solo tres horas de descanso.
No
podías callar y mucho menos descansar
cuando
otros en ves de amarla apasionadamente
sólo
la manoseaban,
y
con su incoherencia, con su falta de amor
la
manchaban
y
la manchaban no por su pureza gnóstica
que
bien sabes nunca ha tenido,
aunque
si muchas veces pretendido.
Pues
el Espíritu solo se a desposando
con
los apartados, con los segregados.
Sino
con lo oscuro que tenían el mensaje
por
la pretensión de convertirla en un centro de poder
y
de estatus social,
sin
saber que ella debe ser toda servicio
toda
ultimidad.
Allí
estas valiéndote de todos los medios
hojas
sueltas, libros, imprentas
ejercicios
espirituales, catecismos y novenas
todos
ellos cargados de un mensaje fiel al Poeta
que
tu vida y mí vida nos encuentra en estas letras.
Esa
es tu vida
es
por ella que te escribo,
la
fidelidad al Espíritu
ayudando
a renovar la eclesialidad
para
encontrarnos como familia
y
compartir la ilusión del Poeta
de
instaurar el Reino en ella.
Alirio
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